3 de Setiembre del 2012 – 00:18 horas. Cerro de Pasco, Perú.
A
quince grados bajo cero, en el caserío Canchacucho del distrito de Huayay,
departamento de Cerro de Pasco se encontraba todo el equipo de la película,
rodando una secuencia peligrosa.
André
Ponce, director de la película, estaba terminando de edificar una fogata junto
al equipo de producción (éramos pocos en aquel rodaje). Carlos Alfredo Ledesma,
actor principal en la secuencia nocturna, estaba disfrazado de Supay (demonio
de los Andes); el traje comprendía pieles de oveja, pintura roja en todo el
cuerpo y un maquillaje extravagante en la cabeza. A menos quince grados se
comprende la necesidad de la fogata, que no iba a figurar en el encuadre, solo
era un método de calefacción para Carlos Alfredo, que estaba semidesnudo debido
a su atuendo; los calientitos que preparábamos también ayudaban a la causa.
En
el equipo de fotografía, terminábamos de afinar ciertos elementos en el
encuadre, para cuando André revisó el trabajo todo estaba listo para la voz de acción.
Un detalle que generó un grabe retraso para la secuencia fue el sonido; Luchito
Antunez de Mayolo, director de sonido, no había probado su equipo y el ruido de
los generadores se colaba terriblemente.
Siendo
la 01:25 horas, se solucionó el problema del sonido. El equipo de producción,
fotografía y arte, tuvimos que ir en busca de más extensiones para aislar los
generadores. Aquella noche, de no ser por los conocimientos de Diego Lagos para
reparar aviones y sistemas eléctricos, no hubiéramos podido improvisar más de
80 metros de extensiones trifásicas. Todo realmente ya estaba listo.
Revisado
el encuadre y solucionado el problema del sonido, empezó a llover. El riesgo de
momento eran las conexiones eléctricas, pero no se previno que llegando a los 18
grados bajo cero, con nuestros equipos congelados, nuestro Supay se enfermo, no
podíamos avanzar… Con esa temperatura y expuesto al friaje, nuestro demonio de
los Andes estaba propenso a una fulminante pulmonía. Es claro que el show debe
continuar, Carlos Alfredo, nos dijo que ``para el artista no hay excusa´´. Siendo
aproximadamente las 02:00 horas se rodó la primera toma, la acción era simple,
Supay debía salir de entre las rocas del Bosque de Piedras y atacar a los
campistas que estaban en un viaje espiritual nadando en San Pedro.
La
escena tomó aproximadamente ocho tomas, hasta que André dijera ``queda, por
favor abriguen a Carlos Alfredo´´ y es que al cabo de cada una, la producción
esperaba a Supay al otro extremo del encuadre, con frazadas y calientitos. Sin
embargo la noche no terminaba, puesto que solo era una escena de la secuencia.
La siguiente escena se rodaría una hora después.
A
las 03:00 horas, momento pesado de la noche. Los locales advertían que era la
hora muerta y si estábamos en medio del Bosque de Piedras, los espíritus se
harían respetar. Una local, Martita, mediante unos rezos y unos minutos, nos
dijo que era hora, pero que no teníamos mucha de ella. Con esta secuencia
terminaba nuestra larga jornada; André Ponce y su asistente, terminaban de arma
otra fogata, esta si aparecería en el encuadre. Con 30 minutos consumidos de la
hora que los Apus nos daban, se rodó en dos tomas, lo que faltaba.
10 de Febrero del 2013 – 20:25 horas. Lima, Perú.
Llegamos con unos amigos a la casa de André, donde se había
instalado la isla de edición, André nos invitó a pasar y nos solo dijo ``primer
corte´´. Realmente fue decepcionaba el arduo trabajo, pero lo que me apenaba
personalmente era que no se usaron las tomas de Supay.