Es
una realidad que el cine nacional tuvo un gran hito con la película “Asu Mare”,
para algunos aclamara como el cine que tanto se esperó y para otros, odiada por
sus bases de blockbuster. Considerándome conservador y exquisito en cuanto al séptimo
arte, debo admitir que este filme no tiene más aporte que sus más de 3 millones
de espectadores. Sin embargo esta cifra es histórica para nuestras producciones
y marca el inicio a una industria que está creciendo en el vientre de una
nación.
La
realidad del cine local, a partir de “Asu Mare”, es que se formó la creencia
del cine fácil, del “subcine” en palabras de Bedoya. Es un hecho que
cuantitativamente nuestro intento de industria ha pasado de 7 producciones por
año en el 2011/2012 a 14 producciones en el 2014/1015, con buenos aportes
comerciales, como los logrados con Tondero.
Es
así que en este 2015 hubieron un par de producciones que me llamaron mucho la
atención, “El pequeño seductor” y “Macho peruano que se respeta”. Claramente no
puedo opinar al detalle por ninguna porque no las he visto, sin embargo el
tráiler de ambas producciones fueron suficiente para entender por donde iba la
cosa, ciertamente decepcionante en solo 2 minutos de las películas. Lo
complicado de esta tendencia es que ahora cualquier película puede llegar a
cartelera, fundamentando el apoyo al producto nacional; aquí surge la pregunta
¿Hasta qué punto es aceptable tener cualquier filme (producto) en la pantalla
grande? Se sabe que la industria tiene productos buenos y malos, pero ¿Hasta
qué punto?.
Recibimos
también este año, el filme nacional de terror “La entidad”, que en realidad
resultó una película a lo “Indiana Jones”, totalmente aventura. A pesar de
tener una animación sobresaliente para el mercado local, la forma no es
suficiente para tapar lo malo del fondo. El gran problema de las producciones
locales, en su mayoría, es el guión, un trabajo muy aligerado recae en filmes
con poca proyección internacional.
Para
cerrar, es gratificante saber que una sola persona puede nadar contra la
corriente, incluso fuera de su país y le duela a quien le duela una directora.
Claudia Llosa estrena su reciente filme “Aloft”, con un nivel de producción
digno de Hollywood y con estrellas de la industria poniéndole cara a los
personajes. “No llores, corre” en su traducción al español, claramente quiere
llegar a ser parte de los festivales internacionales más importantes e incluso
repetir una nominación a los premios Oscar. Esperemos que Claudia Llosa siga
maravillándonos por su búsqueda insaciable de los secretos del misticismo y la cosmovisión
de culturas milenarias.
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