La
película húngara “Taxidermia” ciertamente es controversial y además alberga
minuto a minuto sensaciones poco soportables para el común denominador.
Incluyendo vómitos, escenas sexuales, mutilaciones y otras imágenes escatológicas.
Hablando
en neto de sensaciones. Habiendo superado los dos primeros actos del filme, en
la secuencia final, donde vemos al taxidermista practicando sus habilidades con
el mismo… fue un cúmulo de sensaciones que me pegaron a la secuencia, pero debo
admitir que después de eso, ya no soy el mismo.
En
esta secuencia, hay una sensación primaria de miedo (muy ligada al terror gore)
donde tenemos al sujeto en medio de una suerte de estructura diseñada para
realizar taxidermia humana (practica mediante la cual se extraen los órganos internos
para conservar la forma del cuerpo). El miedo a lo filudo y metálico, como en
la película “Saw”, se refleja literalmente en esta secuencia. Acto seguido,
todo empieza; el sujeto empieza cortar la piel de su tronco, dejando ver el
tejido graso y muscular, abordando una sensación terrorífica/repugnante; luego
cuando retira sus órganos y se mantiene vivo por medio de un respirador, en
definitiva ya dejó de ser humano (al menos para mi) y esto me genera
desesperación porque él sigue vivo y consciente de lo que hace.
Finalmente,
procede a decapitarse, dejando un tronco sin brazos, como alegoría a las
esculturas griegas de la perfección humana. Las sensaciones en este filme son
variadas y se trasladan de una a otra en cada minuto. Una película recomendable
si que tienes un temple digno.
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